jueves, 30 de agosto de 2012

"CUANDO SOY DEBIL ENTONCES SOY FUERTE"

    Durante las Olimpiadas estuve viendo por "casualidad" la competición de Judo. Digo por casualidad porque no suelo ver este tipo de deporte. Me llamó poderosamente la atención cuando el comentarísta dijo que el Judo consiste en aprovechar la fuerza del contrario para debilitarlo.
Precisamente es lo que muchas veces hace Satanás en nuestras vidas, nos insta a hacer las cosas en nuestras fuerzas y eso no debilita. Dios siempre obra a través de nuestra debilidad, nuestra necesidad, nuestro problema. Pero, si en lugar de admitirlo,  nos mostramos demasiado fuertes no dejamos obrar a Dios en nosotros.
"Cuando soy débil, entonces soy fuerte" 2ª Corintios 12:10
Todos los seres humanos tenemos debilidades, problemas y necesidades que muchas veces nos hacen sentir frustrados, torpes e impotentes. ¿Pero, tan malas son nuestras debilidades?
Generalmente nos cuesta reconocer nuestras debilidades y acabamos negándolas, las defendemos, las excusamos, las ocultamos y las sufrimos. Pensamos que vamos a ser valorados y vamos a dar gloria a Dios solo cuándo mostramos nuestras fortalezas pero El también quiere usar nuestras debilidades para su gloria. Nuestras debilidades no son un accidente. Dios deliberadamente las permite en nuestra vida con el propósito de demostrar su poder a través de nosotros. "Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros" 2ª Corintios 4:7
Cuando perdemos el contacto con nuestra debilidad nuestro corazón se llena de orgullo, pensamos que somos mejores que otros, nos creemos autosuficientes. La Biblia dice que Dios mira al altivo de lejos; así que nuestras debilidades son útiles para reconocer que somos polvo, que sin Dios nos somos nada; para mantenernos humildes y cerca de Dios.
Cuántas veces nos hemos encontrado en situaciones que se escapaban de nuestro control, que nos sentimos impotentes a pesar de nuestras capacidades, nuestros conocimientos, de nuestro dinero e incluso teniendo a nuestro lado personas dispuestas a hacer todo lo que sea necesario por nosotros y aún así, nada podíamos hacer para remediarlo. Dios nos tiene que llevar a ese punto que dependamos totalmente de El y nos demos cuenta de que solo El nos puede ayudar. En la debilidad podemos sentirnos más fuertes dejamos de hacer las cosas en nuestras fuerzas para que el poder de Cristo actue por la fe. Es en medio de situaciones imposibles para nosotros que la gloria de Dios se manifiesta.
Eso me ha ayudado a darme cuenta que no tengo que tener todo bajo control y que debo ser honesta con migo misma, reconociendo y admitiendo mis debilidades, mis miedos, mis luchas, mis pecados y entregarselos a Dios en oración. Cuando me rindo delane de Dios y dejo El actúe a través de mi, es cuando obra en medio de mi debilidad dejandome ver Su poder actuar.
También me he dado cuenta que cuando tratamos de impresionar y dejamos de ser auténticos en lugar de atraer a otros, acabamos repeliéndolos y entramos en una competición absurda. Pero cuando nos hacemos vulnerables y dejamos que vean nuestras debilidades nos hacemos cercanos y podemos influenciarles con nuestra fe porque pueden ver a Dios obrar en nuestras vida.
Dios actúa en las vidas que reconocen su necesidad de El y salva a aquellos que claman a El por el perdón de sus pecados. No a los que se creen buenos, aunque no lo sean. Ya que la Biblia dice que no hay nadie bueno Romanos 3:9-20. Es cuando reconocemos nuestra debilidad que puede actuar en nosotros el poder de Cristo.  DIOS los bendiga a todos, y que su amor llegue a todos aquellos corazones, que no esten endurecidos como el diamante, sino que por el contrario sean corazones de carne, y sensibles a EL y su PALABRA.

lunes, 13 de agosto de 2012

"LA COMPASION Y LA SOLIDARIDAD"

Los Markovitz era una de las pocas familias judías que vivían en un apacible suburbio de Pensilvania cuyas calles se llenaban de luces navideñas en Diciembre. Ellos en cambio, colocaban una menorá (Candelabro judío de nueve brazos) encendida en una ventana de su casa como recordatorio de que también era el inicio de la Hanuka, una de sus principales fiestas religiosas.
Un día, a eso de las 5 de la mañana Judy Markovitz se despertó al oír un fuerte ruido. Habían roto la ventana y arrancado la menorá.
Para los Markovitz fue una agresión que removió viejas heridas, ya que los padres de Judy habían estado en el pasado recluidos en un campo de concentración-.
Los Markovitz luego de recuperarse emocionalmente repararon la ventana y al terminar la reparación salieron a visitar al hermano de Judy, sin saber que sus vecinos se disponían a reparar algo más.
En la noche, cuando la familia Markovitz regresaba a su casa, un extraordinario espectáculo los sorprendió al doblar la calle: Casi todas las casas de la manzana estaban adornadas con una menorá resplandeciente. La hija de la pareja, Vicky, hoy día de 18 años, recuerda aquellas ventanas iluminadas como una señal de compasión y solidaridad. “ Fue como si todos los vecinos dijeran: Si vuelven a romper las ventanas de ellos, también tendrán que romper las nuestras”.
Compasión y solidaridad son dos joyas que necesitas hoy recuperar.
Reír con el que ríe y llorar con el que llora. Que nunca demos la espalda al que sufre, porque tarde que temprano se nos pagará con la misma moneda.
Job 19:21 "Oh vosotros mis amigos, tened compasión de mí, tened compasión de mí; Porque la mano de Dios me ha tocado".
Mateo 9:36 "Y viendo las gentes, tuvo compasión de ellas; porque estaban derramadas y esparcidas como ovejas que no tienen pastor."
Marcos 8:2 "Tengo compasión de la multitud, porque ya hace tres días que están conmigo, y no tienen qué comer" .Esto es solo una pequeña reflexion que he querido dejaros, y que considero que tener estas dos actitudes es empezar a imitar a Cristo.