EL PELIGRO DE MEZCLAR LO SAGRADO CON LAS COSAS DEL MUNDO

EL PELIGRO DE MEZCLAR LO SAGRADO CON LAS COSAS DEL MUNDO


Hageo 1:7 dice: “Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad sobre nuestros caminos.”

Hoy queremos compartir con todos nuestros lectores; creyentes y seguidores de Cristo, así como aquellos que aún no conocen a Cristo como su Salvador personal, sobre la importancia que tiene el querer seguir y servir a Dios, y las consecuencias que implica, la desobediencia tanto en el cristiano, como en el que no lo es…

La Escritura nos habla en el Libro del Profeta Daniel, sobre la historia del rey Belsasar, hijo de Nabucodonosor allá en Babilonia, quién cometió un grave pecado delante de Dios, haciendo lo malo, y teniendo en poco sus mandamientos. Sabiendo que su padre, había reconocido y dado gloria y honra al Dios Altísimo, su actitud fue de completa rebeldía, alabando a dioses de oro, de plata, de bronce, de hierro, de madera y de piedra. Pero Dios trató con él conforme a su pecado. Daniel 5:1-4.

De la misma manera, Dios va a tratar con aquellos cristianos que actúan o actuamos deliberadamente, mezclando las cosas sagradas y espirituales, con las cosas del mundo.

I.- LA ESCRITURA EN LA PARED

Belsasar, a pesar de que tenía conocimiento de Dios, se empeñó en querer actuar bajo sus razonamientos, pasando por alto el respeto que debía tener hacia las cosas que habían sido consagradas para el servicio a Dios. Daniel 5:2-3 “Belsasar, con el gusto del vino, mandó que trajesen los vasos de oro y de plata que Nabucodonosor su padre había traído del templo de Jerusalén, para que bebiesen en ellos el rey y sus grandes, sus mujeres y sus concubinas. Entonces fueron traídos los vasos de oro que habían traído del templo de la casa de Dios que estaba en Jerusalén, y bebieron en ellos el rey y sus príncipes, sus mujeres y sus concubinas.”


Debemos estar conscientes de que con Dios no se juega, porque él no pasará por alto, que sabiendo hacer lo bueno, se prefiera practicar lo que es pecado delante de él. “Jehová es tardo para la ira y grande en poder, y no tendrá por inocente al culpable. Jehová marcha en la tempestad y el torbellino, y las nubes son el polvo de sus pies.” Nahum 1:3; “Pero al malo dijo Dios: ¿Qué tienes tú que hablar de mis leyes, y que tomar mi pacto en tu boca? Pues tú aborreces la corrección, y echas a tu espalda mis palabras. Si veías al ladrón, tú corrías con él, y con los adúlteros era tu parte. Tu boca metías en mal, y tu lengua componía engaño. Tomabas asiento, y hablabas contra tu hermano; contra el hijo de tu madre ponías infamia. Estas cosas hiciste, y yo he callado; pensabas que de cierto sería yo como tú; pero te reprenderé, y las pondré delante de tus ojos.” Salmo 50:16-21.

Belsasar usó los utensilios de oro, de la casa de Dios en Jerusalén para alabar a los ídolos… ¿Y nosotros? ¿Cómo estamos empleando el conocimiento que tenemos de las cosas espirituales? ¿Lucrando con el Evangelio? ¿Malinterpretando las Sagradas Escrituras, haciendo un mal uso de ellas? ¿Usando la Biblia, sólo para sacar provechos personales? Hoy en día existen muchos llamados cristianos con supuestos dones espirituales, que interpretan la Biblia a su manera y enseñan doctrinas falsas, que están llevando una doble vida, una vida de pecado e inmoralidad, haciendo mercadería del Evangelio, honrando de esta manera al diablo y deshonrando a Dios y al verdadero Evangelio de Cristo. 2 Pedro 2:1-3; 15-19.

Es importante meditar en esto, reflexionar en el uso que doy a mi vida y al conocimiento que tengo de la Palabra de Dios para actuar en consecuencia como un verdadero seguidor de Cristo.

Nosotros como cristianos somos instrumentos escogidos, apartados para la honra y la gloria de Dios, y nunca, por ningún motivo, debemos prestarnos para mezclarnos con lo inmundo, y dar la honra al diablo con nuestras malas acciones. “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable” 1 Pedro 2:9.

La escritura decía así: “MENE, MENE, TEKEL, UPARSIN”.

MENE: Contó Dios tu reino y le ha puesto fin.
TEKEL: Pesado has sido en balanza y fuiste hallado falto.
PERES: Tu reino ha sido roto y dado a los medos y los persas.

Muchas veces pensamos que porque ya hemos sido salvos, y no perdemos la salvación, podemos actuar como queramos, bajo nuestra propia opinión, y porque quizás pasa y pasa el tiempo, y no ocurre nada, creemos que todo está bien. Pero esta situación debe preocuparnos y ponernos a pensar, si realmente somos hijos de Dios, recordemos que la Biblia nos aclara, que Dios al que ama castiga, y azota a aquel al que recibe por hijo. Hebreos 12:6.

Pero a veces, Dios también permite que seamos entregados a Satanás, para que nuestro cuerpo sea destruido, y como dice su Palabra, a fin de que seamos salvos en el día del Señor. 1 Corintios 5:5.

Hebreos 10:26-27 dice: “Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios.”

Hermano, hermana, ¿Cuántos casos conocemos de hombres y mujeres, que han conocido la luz del Evangelio de Cristo, y viven un tiempo en aparente consagración, pero después de un tiempo por diversas circunstancias de la vida han vuelto atrás, y se han convertido en burla de la gente? Recibiendo críticas por doquier que después de haber sido “cristiano”, se volvió al mundo y su condición viene a ser peor que antes. Mateo 12:43-45.

REFLEXION:

Dios nos da tiempo, para que meditemos y nos arrepintamos sobre nuestra manera de actuar: si siendo cristianos, estamos viviendo una mezcla de lo espiritual con lo mundano, para que dejando atrás toda mala acción, busquemos la reconciliación con nuestro Salvador, y renovando nuestros votos consagrándonos a su servicio.

“Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.” 1 Juan 2:1. “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.” 1 Juan 1:9.

Porque aquel que verdaderamente es hijo de Dios; cuando cae, se levanta y su vida es enteramente consagrada a su Señor, no vive una vida de pecado sino vive en santidad, una vida que agrada a Dios en todo momento. "Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor." Hebreos 12:14; "Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir!" 2 Pedro 3:11.

Pero aquel que cae muchas veces, y ya no se levanta, no quiere arrepentirse de sus pecados, de acuerdo a la Escritura no es un hijo de Dios. “Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido.” 1 Juan 3:6.

No esperemos pues, a ser pesados en balanza y ser hallados faltos, exponiéndonos al justo juicio de Dios, siendo quitados de este mundo, y que otro tome nuestro lugar. "Mas quiero recordaros, ya que una vez lo habéis sabido, que el Señor, habiendo salvado al pueblo sacándolo de Egipto, después destruyó a los que no creyeron. Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día; como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquéllos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno" Judas 5-7.

"Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado, y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme. Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio." 2 Pedro 2:1-4.

Gracias a Dios por su paciencia, y por su misericordia, gracias porque recibimos también la advertencia, dándonos tiempo de enmendar errores, y vivir para servirle, siendo aquellos instrumentos que Dios ha escogido, para llevar la luz del Evangelio de Cristo a los perdidos, y compartir las buenas nuevas, siendo ejemplos vivos, de lo que Dios ha hecho en nuestras vidas, con nuestro buen testimonio. “Para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo.” Filipenses 2:15.

Que Dios nuestro Señor, les bendiga grandemente.

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